miércoles, 9 de noviembre de 2011

“El Niño Poeta”

Un niño apareció acostado en la blanca arena de un incalculable desierto,
Los rayos calentaban su cuerpo y accidentalmente su alma se despertó.
Despertándose de un aletargado, larguísimo y profundo empírico sueño,
Abandonado a su suerte después de una noche muy fría, niño sin dueño.
Miro al sol y lo saludo desde su más tierno y universal puro y blanco  amor.
La luna lo meció en su cuna y El sol lo cuidaba irradiándole su paternal calor.
La arena le salpicaba, masajeándole muy cariñosamente su rostro frágil,
Con su viento  danzante como un gran monarca frio, seco; aunque audaz y ágil.

Los mensajes de los dioses  bajaban enérgicamente hasta  su encuentro,
Esos que tocaban su tambor místico y oriental en su alma muy dentro.
Los sueños del infinito viajaron  muchas distancias sin fin y lo despertaron,
Misteriosamente como en un libro de cuentos que  cada día le contaron.
A su paso la arena se convertía en prado y aparecía un jardín que florecía,
El sol sentado en su eterno trono dorado desde el cielo custodiándolo le seguía.

Con su dedo índice de una energía cósmica de amor tocaba en los corazones,
Y dejaban secar al aire sus viejas y marchitas penas llenas de inútiles razones.
En un mundo muy antiguo, aunque muy moderno y remontado en el tiempo,
Ese niño poeta cultivaba una flor regándola con amor ágilmente en su templo.
Una flor  de loto que cada día florecía en una realidad y poco a poco  se abría,
Despidiendo su aroma perfumado de amor que a todos daba una tranquila  alegría.
El niño poeta que alcanzo la luz de los mundos sin nombres y sin pasados,
Haciendo que un maestro iluminado guiara su camino con pasos bien meditados.

OSHO Junior 09/11/2011… 21:11… 

No hay comentarios:

Publicar un comentario